Seguro de que ganará en primera vuelta las elecciones presidenciales de mayo, Juan Manuel Santos promete más seguridad y más derrotas para las FARC.
Vine, vi, vencí. El ex ministro de Defensa del uribismo, y artífice de la “seguridad democrática”, saluda tras su firme triunfo.
Convertido en el “hombre fuerte” de la política colombiana, el candidato a la presidencia por el uribista Partido de la U, Juan Manuel Santos, expresó su voluntad de restablecer las relaciones con Venezuela seguro de que se hará con la jefatura de Estado en la primera vuelta del 30 de mayo. En una entrevista con EFE, un día después del triunfo de su partido en las elecciones legislativas, el ex ministro de Defensa de Álvaro Uribe cree que con Venezuela “se deben combinar la prudencia y la diplomacia” y “buscar ese equilibrio siempre con respeto”.
Las relaciones entre Bogotá y Caracas han sufrido un deterioro histórico por las discrepancias ideológicas entre los presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez, que han dado lugar a una caída sin precedentes del comercio entre ambas naciones. Chávez congeló el comercio bilateral a raíz de que Bogotá y Washington firmaron en 2009 un acuerdo por el cual los estadounidenses podrán usar hasta siete bases militares colombianas.
Sobre Ecuador, confirmó que “se ha avanzado” en la recuperación de las relaciones, rotas desde el 3 de marzo de 2008, cuando el ejército colombiano bombardeó un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en ese país y murió el número dos de esa guerrilla, “Raúl Reyes”, precisamente cuando Santos era ministro de Defensa.
En caso de convertirse en el nuevo inquilino de la Casa de Nariño, Santos buscará “revivir” el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos, pendiente de ratificación desde hace más de dos años. “Es cuestión de poder halar los hilos donde toca halarlos”, precisó.
Santos inició la campaña a la presidencia, tras inscribirse oficialmente el viernes y después de que “La U” lograra el domingo la mayoría en las legislativas. Por el momento no planea una alianza con el Partido Conservador, la segunda fuerza más votada e integrante de la actual coalición oficialista con el liderazgo de Uribe, aunque al interior del Congreso buscará fortalecer la unión de distintas formaciones.
El triunfo del Partido de la U, que obtuvo el 25% de los votos, fue catalogado por el candidato como un “magnífico preámbulo” que ha permitido fortalecer a ese movimiento político, nacido con la llegada al poder de Uribe en 2002. Santos apuesta por la continuidad y espera llenar los vacíos que quedan en la política de seguridad democrática, eje de la gestión de Uribe en la lucha contra las guerrillas.
El aspirante presidencial ha sido clave en la implementación de esa política y, además, el artífice de los operativos militares que les han causado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) los más duros golpes de su historia.
En la Operación Jaque se liberó a quince rehenes en julio de 2008, entre ellos a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. Y en la Operación Fénix, en marzo de ese mismo año, se acabó con el número dos de las FARC, lo que despedazó a la organización ya que al mes siguiente murió de un infarto su fundador, Pedro Antonio Marín, alias de “Manuel Marulanda” o “Tirofijo”. (EFE)
A la caza de farcos y etarras
La Justicia española ha cursado órdenes internacionales de detención contra varios miembros de ETA y de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), procesados por su supuesta colaboración para atentar en España contra altos cargos colombianos. Según informaron fuentes judiciales, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, dictó la semana pasada las órdenes de detención contra seis presuntos miembros de ETA, entre ellos Arturo Cubillas Fontán, que ocupó un cargo en el gobierno de Venezuela, y cinco miembros de las FARC. El magistrado Velasco procesó el pasado día 1 a seis presuntos miembros de ETA y a siete de las FARC tras apuntar indicios de un presunto nexo entre el gobierno de Venezuela y los dos grupos terroristas. Por su parte, Hugo Chávez dijo que “hay pruebas irrefutables” de que Aznar intervino en el golpe de Estado en su contra perpetrado en abril de 2002 y planteó que el socialista Zapatero no debería molestarse cuando se califica de “mafioso” a Aznar “porque lo es”.
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